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Explorar las emociones


Leí en varios lugares “Manejar las emociones” inevitablemente me pregunto: ¿a qué se refieren con manejas las emociones? ¿Las emociones se manejan? Yo creía que las emociones se sentían y que con eso alcanza…

Supongo que lo que en realidad quieren decir, es que cuando uno siente la emoción, uno puede controlar sus acciones pero las emociones por si no se dieron cuenta, no se manejan, se sienten, simplemente se sienten… porque son emociones!

Otra cosa muy común es que digamos “Siento que…. ” y cuando siento, siento, el que sobra… siento rabia, siento amor, siento tristeza, pero si empezamos con “siento que si camino para allá tal cosa” eso no es sentir, eso es pensar… es pensar “que si camino para allá, me da miedo” y así vamos por la vida mezclando emociones con pensamientos, todo el tiempo…

Habitualmente se habla de las emociones, se sufren o disfrutan, pero la mayoría apenas las siente conscientemente.

Es usual que las personas no sepan describir dónde sienten o cómo son las diferentes emociones, emociones como la tristeza, la ira, el miedo, la angustia o la alegría. Se suele decir que se sienten «en el corazón», o «en el alma»; esto en realidad son convencionalismos, respuestas aprendidas. Sin embargo, las emociones, y también los sentimientos, se sienten en el cuerpo, en diferentes partes del cuerpo, no se piensan, y si se piensan son pensamientos, no emociones ni sentimientos. (Tienen otra entrada en el Blog sobre Sistema Límbico).

Pensar OFF/ Sentir ON. Para explorar y redescubrir las emociones hay que sentir, no pensar sobre lo que se siente. Así, tampoco es necesario saber intelectualmente qué es una emoción para poder sentirla; incluso dos personas pueden llamar de la misma manera a emociones diferentes. Esto ocurre muy habitualmente con los síntomas de la ansiedad.

Prestando atención a las sensaciones, no imaginadas mentalmente sino sensaciones reales que sentimos en el cuerpo, podemos despertar de nuevo la capacidad de sentir, herramienta fundamental para abordar la parte emocional y comprender los condicionamientos de nuestra mente, origen del sufrimiento y base de nuestro comportamiento.

El saber dónde se originan las emociones es bastante más que una curiosidad. El saber donde se sienten las emociones ayuda a entenderlas mejor y posiblemente a ser capaz de reconducirlas cuando así lo deseamos.

Sin embargo una de las aplicaciones más importantes que puede tener es su utilidad en la generación voluntaria de emociones. Si te quieres sentir feliz, será mucho más fácil hacerlo si sabes cómo se siente tu cuerpo cuando eres feliz. Y si quieres dejar de sentir ira, también será mucho más fácil si saber localizarla adecuadamente.

Quizá a partir de ahora cuando preguntes a una persona qué tal está, además de decirle “¿Cómo te sientes?” le podrías preguntar también “¿Dónde lo sientes?”.

Tomar Conciencia. Un buen principio para tomar consciencia de las propias sensaciones y emociones es ejercitarse en la observación de las señales físicas que nos envía nuestro cuerpo, es decir, las sensaciones corporales. Probemos como ejemplo a sentir ese dedo meñique al que acabamos de hacer referencia hasta que seamos capaces de ser conscientes de su existencia.

Conforme se adquiere destreza en prestar atención o “darse cuenta”, las sensaciones van aumentando en intensidad. Pero, consideremos que también se intensifican las sensaciones cuando hay un estímulo intenso (por ejemplo una herida en el dedo del pie) que envía señales de malestar o dolor. En estos casos, sucede que a una persona entrenada en la identificación de sus sensaciones le será mucho más fácil controlarlas e incluso soportar mejor el dolor si previamente se ha adquirido la habilidad de saber rechazar las sensaciones desagradables.

Ejercicio

En esta oportunidad les dejo un ejercicio!!! Escribir un diario emocional. Tu diario emocional te facilitará detectar las emociones y sentimientos que te cuesta trabajo reconocer, aceptar o modificar según te convengan o no para una vida feliz.

Los pasos:

1. Un cuaderno, decóralo muy a tu estilo o ni siquiera lo forres, hacelo según tu personalidad para que realmente la sientas una confidente, tu diario.

2. Tómate 20 minutos cada noche antes de acostarte, con tu diario y pluma en mano.

3. Realiza un pequeño balance del día; empieza por las cosas positivas y deja para el final las negativas. Anota hasta el aspecto que consideres más irrelevante. Esto servirá para sacar aquellas cosas que no han ido bien pero también para exaltar tus cosas buenas.

4. Anota muy brevemente cómo te has sentido frente a esos hechos positivos o negativos.
 Por ejemplo: “Hoy mi compañera no me dio un beso y me he sentido ofendida”. Ojo, no se trata de que te ataques, recrimines o victimices, sino de que te habitúes a que tus experiencias diarias te generan toda una gama de emociones.

El objetivo de este ejercicio es que este registro no pretende dar solución a cada sentimiento, sino darnos cuenta, verlo, ubicarlo y darle su nombre exacto; si es enojo, enojo, si es culpa, culpa, alegría alegría; frustración, frustración… sin importar si consideras malo lo que te causó alegría.

Este diario te ofrece a lo largo del tiempo información distinguida acerca de tu evolución en el manejo de tus reacciones frente a las emociones, en tu autoconocimiento y por supuesto, del impacto positivo en tu autoestima.


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